Carta abierta de respuesta a mi amigo Francisco Toloza
Por: Alberto Pinzón Sánchez
Apreciado Pacho: En medio de la doble tragedia que sufre el Pueblo colombiano, la de la pandemia covid19 y la del fascismo contrainsurgente “autóctono” desbocado, me han hecho llegar unas preguntas generales como tú mismo lo dices donde por tu abnegada y loable tarea política y moral y por tu profesión de politólogo de echar luz sobre la realidad tan compleja que nos ha tocado vivir deseas conocer mis puntos de vista con el fin de publicarlas o darlas a la luz y contribuir al debate teórico político “emancipador” del momento. Como el objetivo es publicarlas y son preguntas que más que opiniones generan consideraciones, entonces me anticipo y te envío algunas de estas consideraciones en esta carta abierta:
PREGUNTAS GUÍA PARA ALBERTO PINZÓN SÁNCHEZ.
(tiene libertad plena de abordar el tema, como mejor considere, son solo preguntas guía)
SESIÓN: Domingo 10 de mayo 2020, 4pm hora Colombia.
¿Cómo entender la composición de clase del Bloque de Poder Dominante en Colombia (BDPC)?
¿Cuáles son las características del BPDC?
¿Cómo evoluciona el BPDC respecto a los iteres de clase, en el marco de las formaciones socioeconómicas colombianas y el persistencia del conflicto armado?
¿Qué papel juega EEUU en l configuración del BPDC?
¿Características del fascismo colombiano?
¿Alternativas para la configuración de Bloque Contrahegemónico?
¿Será que nos graba un vídeo?
Las preguntas como se puede ver, abordan 5 grandes preocupaciones: 1 – El entendimiento de lo que tu llamas el Bloque de Poder Dominante BPD en Colombia. 2- El papel jugado o que juegan los EEUU (yo diría su gobierno). 3- El papel de dicho Bloque de Poder Dominante en la persistencia del conflicto armado. 4- Las características del fascismo colombiano y 5- Las alternativas para la configuración de un Bloque Contrahegemónico. Como se ve todo un vastísimo corpus teórico muy complejo, diverso e incluso contradictorio que está cruzado por la mayoría de las ciencias sociales que han estudiado todo este fenómeno tan difícil de desentrañar y aun menos de simplificar o esquematizar: Historia, economía, sociología, antropología, psicología, derecho, incluso estudios religiosos y morales han tratado de explicar de múltiples maneras , con diversas metodologías y en muy variados ensayos, todo este el embrollo con más o menos éxito o suceso, sin que exista algo definitorio; precisamente esa es una de las manifestaciones de la (ya casi eterna) lucha de clases, la lucha por el relato o como dijo el siempre recordado comandante Fidel Castro, la batalla de ideas, y, sería una pedantería y descortesía remitirte a la enorme lista de tesis, ensayos, libros, compilaciones, panfletos, ect que existen sobre estos 5 temas, bien sea desde la llamada tradición marxista, el marxismo revolucionario, y la social democracia colombiana tan florida, como la socialdemocracia extranjera, latina, europea y anglosajona, como ves todo un panorama.
Entonces permítame y te pido disculpas por ello, referirme un poco a dichas generalidades con mis discutibles opiniones:
El concepto de bloque de poder en general, es casi tan antiguo como la ciencia política y en el marxismo revolucionario, también y sería largo y dispendioso tratar de citar a todos los teóricos que han tratado in extenso este tema tan apasionante, pero fue el enjundioso y despreciado teórico marxista Nicos Poulantzas, quien en sus múltiples obras trató de sistematizar y caracterizar teóricamente la categoría de Bloque de Poder Dominante, al poner el centro de sus estudios sobre el poder dominante y la configuración del Estado capitalista moderno el análisis de las “relaciones” entre las clases sociales y sus intereses en la lucha concreta por la hegemonía y el control del aparato del Estado. En Colombia, que se sepa, fue la innovadora y sugerente investigadora Vilma Liliana Franco, quien en su clásica y poco leída obra (talvez por lo extensa y porque ahora bajo la presión del imperialismo mediático global se quiere convertir al marxismo revolucionario en un trino del Twitter) titulada “Orden contrainsurgente y dominación Bogotá, Instituto Popular de Capacitación : Siglo del Hombre Editores, 2009”, demuestra fehacientemente la existencia de un Bloque de Poder dominante en Colombia, al que por sus características sociales e ideológicas plenamente establecidas lo caracteriza como “Contrainsurgente”.
En el 2009, hace 11 años Pacho, 11 años ya, y este es el momento en que todavía la social democracia colombiana, la más desastrosa de todas, la acaudillada por el reducido grupo de las tres eles con sus pelechadores acompañantes, , pequeño burgueses liquidadores del proyecto de la Solución Politica al conflicto colombiano sostenido por el comandante de las Farc-EP Alfonso Cano, que debía conducir a un proceso constituyente y a la conformación de un Nuevo Estado, hoy se niegan a reconocer la estructura de dicho Bloque de Poder Contrainsurgente, porque trastoca sus planes de Desarme, Desmovilización y Reinserción que dicho BPCi impuso o acordó con sus infiltrados en la negociación de la Habana y que hoy convierte a esa dirigencia liquidadora en la responsable del genocidio sistemático y gota a gota, día tras día, de 200 ex guerrilleros y compañeros suyos y cerca de 200 lideres sociales que la contrainsurgencia fascista colombiana viene ejecutando con frialdad e impunidad absolutas y frente a lo cual; arrodillaos y transidos de dolor ( hipócritamente) gimotean: “ Ay, que la paz no nos cueste la vida”, cuando de sobra sabían por los hechos históricos, comprobados hasta la saciedad, del comportamiento genocida impune de ese Bloque de Poder Contrainsurgente, conformado en el pacto bipartidista liberal conservador de Sitges en 1957 y desarrollado bajo el partido único llamado Frente Nacional; frente a los exguerrilleros y amnistiados del conflicto bipartidista que fueron todos ejecutados a sangre fría entre 1957 y 1965; despues los genocidios contra los militantes de la UP durante la tregua del 85 a quienes acusaban de guerrilleros vestidos de civil, o a los del frente a luchar, o a los del frente popular, o los de la corriente de renovación socialista y de otras guerrillas desmovilizadas o en procesos de paz , etc. Así como también sabían por los hechos históricos universales que el nazi fascismo no se le puede enfrentar solamente publicando trinos suplicantes en Twitter y haciendo cada día más concesiones: Acuérdate del cuento ruso del viajero que le tiraba carne a los lobos.
¿Ha perdido vigencia la lucha armada en Colombia como lo pregonó Benitín y lo resonaron sus válidos para justificar la liquidación de las Farc-EP? La respuesta Pacho a esta pregunta la das tú mismo cuando me preguntas por la “evolución y las relaciones entre el Bloque de Poder Dominante, las formaciones socioeconómicas de Colombia y la persistencia del conflicto armado”. En Colombia, debo decírtelo hacía mucho tiempo estaba superado esa falsa dicotomía extremo izquierdista entre la vía armada o la vía electoral que dominó la escena teórica en los años 60 del siglo pasado: Fue el partido comunista colombiano quien como sujeto histórico y siguiendo las enseñanzas de los clásicos del marxismo revolucionario por boca de su gran dirigente leninista Gilberto Viera, dio un profundo debate sobre la utilización de todas las formas de lucha de masas, que luego el BPCi convirtió en el centro de su genocidio y ridiculizó quitándole las masas ( con mayúscula) y convirtiendo el verbo utilizar en combinar en un machete propagandístico de “ la combinación de las formas de lucha”. A fines del siglo pasado, cuando o se inicia el proceso de paz del Caguán, nadie, ni el más obcecado extremo izquierdistas y a pesar de los relativos golpes militares dados por las guerrillas principalmente en los llanos y en las selvas amazónicas creía que un Bloque de Poder Contrainsurgente como el dominante en Colombia, blindado con todo los blindajes posibles por el gobierno de los EEUU como por ejemplo el Plan Colombia de 1997 iba a ser derrotado militarmente. Que los guerrilleros iban a llegar al capitolio nacional en una cabalgata como la del 1 de enero de 1959 en la Habana Cuba. Nadie, y por eso, se tenía claro el proceso de Solución Politica al conflicto armado y por eso se participó en los diferente procesos de paz tendientes a resolver la confrontación armada por la vía política y diplomática.
También por eso, todos en Colombia (excepción de los nazi fascistas contrainsurgentes) todos, nos alegramos infinitamente con la firma del Acuerdo de la Habana a finales de 2016. Pero, mire Pacho, en que ha quedado convertido dicho acuerdo ¿Es toda la culpa de los Contrainsurgentes y el imperialismo que los sostiene como siempre suele decir ritualmente la izquierda para justificar sus errores tácticos y estratégicos? Ah, eso es culpa del Imperialismo yanqui y su lacayos, que volvieron trizas el acuerdo. Sin embargo, una mirada objetiva muestra los errores garrafales cometidos por Benitin con el grupo de las tres eles y sus válidos, que dejan ver no simples equivocaciones de liderazgo o conducción política sino una agenda encubierta para colaborar con el Ludópata Santos y su ejército contrainsurgente para que fusilara en estado de indefensión a Alfonso Cano y con él todo su proyecto de una Nueva Colombia, sino para Liquidar todo lo que significó la fuerza tanto de militar como de las bases de apoyo de masas con las que contaban las Farc-EP, las que fueron dejadas a la deriva, y claro, como el vacío no existe en la naturaleza fue llenado por los grupos armados oficiales y para oficiales del Estado y que nos permiten concluir que Colombia sigue siendo tierra fértil para cualquier lucha armada, o nos permite pensar en un posible reciclamiento o persistencia del conflicto armado colombiano como lo sostiene varios investigadores independientes.
Y eso, sin considerar la posible reactivación de la confrontación armada con el Ejercito de Liberación Nacional
Un sin número de comunidades campesinas ubicadas estratégicamente en zonas fronterizas donde se libra una batalla continental geoestratégica por el control y posesión de las fronteras Estatales, dejadas a la buena de Dios o abandonadas, fueron inmediatamente ocupadas por el Estado contrainsurgente y sus narco para militares con el fin de obtener el control que hasta ahora no habían tenido.
Y ahí estamos, sin un contra-Fómeque, con un pueblo apabullado, derrotado, turulato, sin una resistencia creíble; ni política, no de masas, menos militar al fascismo desbordado que todos los días vemos “como le da piso a un exguerrillo o a un resentido social” y no solo eso, sino que ya el BPCi dominante en Colombia como si fuera un rottweiler del imperialismo global se dispone a atacar a los países hermanos como a Venezuela, en la frontera con el Ecuador, o en la de Panamá. Lo que fue la fuerza político militar temible que por tantos años logró ejercer una mínima contención al BPCi, hoy militarmente son tres fracciones militares divergentes, y en lo político, tres o cuatro grupos diferentes opuestos, cuyos intereses lejos de ser la contención del fascismo desbordado e impune, se disputan por las mieles del post conflicto. ¿Es eso culpa del imperialismo yanqui globalizado? ¿Quién responderá (no solo ante la historia sino ante la gentecita que cae día a día) por semejante derrota popular que nos costará tres o cuatro generaciones para poder superar?
En Cuanto al papel del gobierno de los EEUU en la configuración del BPCi, me permito sugerirte que vuelvas a leer el libro grande de Petete sobre el conflicto colombiano, titulado “contribución al entendimiento del conflicto armado en Colombia. Comisión histórica del conflicto y sus víctimas. Noviembre 2015”; sobre todo, la ponencia del historiador Renán Vega Cantor que comparto plenamente, página 629 a 699 Edición mesa de conversaciones. Imprenta nacional Bogotá 2015
Por Ultimo y esperando no fatigarte, sobre el fascismo colombiano, me tomo el atrevimiento de volver a trascribir completamente mi ultimo texto sobre el fascismo colombiano que contiene un poco el movimiento de mis ideas sobre el tema del fascismo y colombia, publicado en el portal Rebelión.org https://rebelion.org/lecciones-sobre-el-fascismo-colombiano-actual-marzo-2020/