Educación y ejercicio del poder.

La educación y el poder se encuentran relacionados entre sí. La educación es una herramienta de poder para dominio o liberación del ser humano. Puede llegar a controlar el conocimiento, no solo por la fuerza ejercida por las élites, sino también a través de los valores y conocimientos que producen una legitimidad ante la sociedad.

En los regímenes autoritarios, la educación puede ser controlada para promover y preservar ideologías del estado y abolir, suprimir o minimizar ideas disidentes encaminadas a un cambio estructural del mismo.

Varios sistemas educativos suelen estar alineados con el poder económico lo que puede perpetuar desigualdades socioculturales, reforzando de tal manera, la injusticia social.

La relación de educación/poder es compleja. Abarca desde la estructura del sistema hasta las individualidades de cada ser; no solo transmite conocimientos, sino que construye ideológicamente individuos con una filosofía de lo absurdo, en la cual, la obediencia se premia y se castiga el desacato. Es capaz de moldear identidades y estructuras sociales.

Mientras que el poder, no solamente puede constituirse en opresor, también pueden ser productivo y creador de realidades sociales, individuales y subjetivas; la educación, es el reflejo de la estructura de poder, es la fuerza para promover la equidad, la inclusión, la justicia, la democracia; es en general, una potencia para el cambio social, económico y político.

Cabe anotar que, en este mundo cambiante, son necesarias las transformaciones educativas y de poder, por lo tanto, es preciso desarrollar un pensamiento crítico-multidimensional y sensible en pro de la construcción de una sociedad justa, democrática y sostenible.

Esto implica, fomentar competencias cognitivas (como la investigación interdisciplinar, la comunicación oral y escrita, o la toma de decisiones colaborativas), y cultivar una inteligencia emocional orientada al bien común y una ciudadanía activa que frene las dinámicas corruptas.

Por último, nos encontramos inmersos en ecosistemas funcionantes, dominados por la inteligencia artificial, con implicaciones tanto emancipadoras como también de control social. Un tema fascinante que puede transformar, potenciar y reconfigurar la relación tradicional entre maestros, estudiantes, establecimientos educativos y los sistemas socio-estructurales que rigen una sociedad.