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El proceso de paz de Colombia ha colapsado. Viva el proceso de Paz

Por Alberto Pinzón Sánchez-Publicado Mayo 18-2020
Al analizar la compleja, contradictoria y por lo tanto dinámica realidad colombiana, se debe necesariamente partir de un hecho totalizador: El Estado colombiano por su histórica dependencia del gobierno de los EEUU está inmerso y sobredeterminando por la realidad geoestratégica andino amazónica y caribeña manejada por el todavíaHegemón del imperialismo global. Es decir, que el Estado colombiano tiene dos caras como la diosa Juno, una hacia adentro y otra hacia afuera. La cara exterior forma parte de la “guerra hibrida” que el Imperialismo norteamericano libra contra el Pueblo, el Estado y el gobierno de Venezuela; de las acciones desestabilizadoras contra el gobierno nicaragüense desde las islas de san Andrés, y, del bloqueo criminal que desde hace más de medio siglo ejecuta (sin éxito) contra la revolución cubana.

La cara interior está dominada por dos aspectos; 1-el sostén del Bloque de Poder Contrainsurgente dominante creado por el pacto del Frente Nacional/ 57, junto con el perfeccionamiento de sus “instituciones” que cínicamente llama democráticas, y 2- la derrota del “enemigo interno” sea este armado o desarmado y que para efectos de su división y exterminio es de igual tratamiento: evitar el colapso de un Estado que desde hace muchos años ha sido catalogado por las mismas agencias estadounidenses correspondientes como un “Estado Fallido” y que bien analizados los hechos cotidianos muestran un aceleramiento entrópico hacia su colapso, sobre todo despues del aparecimiento de la pandemia covid 19.

En el frente exterior dos son sus más estruendosos fracasos: Uno, el cúmulo de derrotas que ha sufrido la diplomacia colombo yanqui en las diversas operaciones cubiertas o descubiertas emprendidas para derrotar la revolución Bolivariana:  grupo de Lima, concierto en Cúcuta, abrazos emocionados con Guaidog, convoy humanitario quemado, drones explosivos contra Maduro, infiltración masiva y cotidiana de paramilitares por la frontera colombo venezolana, ect. La última, la operación Gedeón no es sino una raya más para el tigre y una afrenta para el juez bíblico. El otro hecho destinado al fracaso, es la declaración (13.05.2020) del gobierno de los EEUU replicada inmediatamente por el gobierno colombiano, declarando a Cuba en la lista negra de países que no colaboran en la lucha antiterrorista y que le ha dado el  puntillazo final a lo que quedaba del Acuerdo de Paz con las Farc al sacar a Cuba de la comisión internacional de verificación de dicho acuerdo, además de cerrar cualquier posibilidad diplomática internacional con el gobierno cubano para la solución política con el Ejército de Liberación Nacional. Por esto, pedirle al subpresidente Duque que reconstruya las relaciones con Cuba cuando la orden viene directamente de Trump, es lo mismo que pedírselo a la luna.  ¡Es a él a quien le debes escribir desde El Tiempo, Víctor!

Así como la pandemia covid 19 puso en evidencia el colapso de la frágil y ultra dependiente economía colombiana, que tiene a los analistas y politólogos con dolor de cabeza opinando sobre las reformas necesarias que el pobre chupasangre Carrasquilla deberá tener listas para el día despues del día despues, y puso en evidencia el colapso generalizado del sistema de salud neoliberal creado por la Ley 100/1993 la que se debiera llamar la ley de salud AUV en honor a su creador; así, el oscuro episodio de la contrainteligencia militar (cuyos expedientes de debieran abrir al público para evitar que la revista Semana.com se siga lucrando con la desinformación y la cantidad de noticias falseadas o “fake news” y posverdades que cada día proporciona) ha develado la división y prácticamente el colapso de la “institución” militar creada por la doctrina Lleras Camargo en el teatro Patria de Usaquén en 1958, que según el histórico discurso debía garantizar la ficción de “neutralidad política” de la Fuerza Publica alejada del partido liberal y del partido conservador pero aliada al nuevo partido unido de la oligarquía cipaya llamado Frente Nacional; pero que si nos atenemos a la información privilegiada que la veterana periodista del diario El Tiempo María Isabel Rueda en su ultima columna nos pone ante los ojos, la división del ejercito colombiano que ella llama “fractura”, a estas alturas es un hecho comprobado,  causado porque la riña entre las dos fracciones en rivalidad dentro de la oligarquía contrainsurgente colombiana, entre el ludópata Santos y el miniführer AUV, finalmente y gracias a Dios, ha llegado a donde tenía que llegar: a corromper la sal. Ver interesante articulo https://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/maria-isabel-rueda/el-ejercito-fracturado-columna-de-maria-isabel-rueda-493710

En breve: Guerra Hibrida en curso contra Venezuela. Embrollo (los bogotanos dicen bollo) diplomático con Cuba. Devastación económica postpandemia. Colapso generalizado (incluido el amazonas) de la ley 100/93. “Institución presidencial” caricaturesca y evaporada. Acuerdo de la Habana moribundo o colapsado en el interior y sin posibilidad de verificación internacional. Solución Politica con el ELN y las demás guerrillas políticas inexistente. Movimiento social en salmuera. Fascismo narco paramilitar contrainsurgente a la ofensiva y cebado con la sangre de los cientos de dirigentes cívicos y populares y ex guerrilleros neutralizados, lo que convierte la política de paz del régimen en un flatus voci, y algo realmente quemante por el caos que contribuyen a diseminar:

Fractura o división de la fuerza pública con una serie de expedientes secretos de la Contrainteligencia militar en manos de la revista Semana.com que cuenta con una serie de rústicos intoxicadores de opinión o spinn doctors fletados, tomando parte de esta guerra hibrida sin que sepan distinguir entre una noticia falsa, una noticia falseada o fake new, un relato falso que parecen ser noticia, una “mentira emotiva”, una mentira “postfactual” o una post verdad, es decir, presentando hechos falsos, tergiversados o inventados que buscan llevar al plano emocional el proceso individual de toma de decisiones pero minimizando el componente racional de análisis de evidencias. ¿Así, como se pretende llegar a Pereira?

 

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