Gaitan: Ideas que perduran

Todo ciudadano tiene derecho a participar en la conformación, ejercicio y control del poder político. Artículo 40 de la Constitución Política de Colombia.2

Abordo como introducción referirme a la vida y obra de un personaje del país de difícil olvido. Jorge Eliecer Gaitán Ayala. Nacido en Bogotá el 23 de enero de 1903, hijo de Eliecer Gaitán y Manuela Ayala. Asesinado en dicha ciudad, el 9 de abril de 1948, a sus 45 años de edad, es decir, el pasado 9 de abril de 2025, han transcurrido 77 años de este triste episodio que, enlutó a Colombia pero que, sin embargo, sus ideas persisten y cobran mucha vigencia.

Gaitán fue un abogado dedicado al ejercicio de su profesión y a la política y en especial, a defender los derechos de las clases populares.

Por su inteligencia, dotes de orador y líder político, se ganó la simpatía de muchos sectores sociales, pero también el rechazo de otros, por las ideas que profesaba.

Fue alcalde de Bogotá, congresista, ministro de educación, trabajo y jefe máximo de la vertiente popular del partido Liberal Colombiano.

Fue el gran favorito para ganar las elecciones presidenciales del año 1950, pese a que el Liberalismo, no le había otorgado la candidatura única, pues se enfrentaría a otros contendores de ese partido, como lo eran Alfonso López Pumarejo, Alberto Lleras Camargo y Carlos Lleras Restrepo.

¿Pero, que era lo llamativo de sus ideas que tanto interés generaban en los sectores sociales que lo seguían?

Autores como Arturo Alape3, Herbert Braun4, Luis Villar Borda5 Gonzalo Sánchez y Donny Meertens6, Darío Fajardo7, Eduardo Umaña Luna, Orlando Fans Borda, José Antonio Ocampo y Mario Aguilera Peña entre otros, dan cuenta que, abordaba temas sobre la justicia social y la reivindicación de las clases populares, es decir, denunciaba la desigualdad social, la pobreza y la explotación de los trabajadores y campesinos.

Trataba sobre el nacionalismo económico para considerar que los recursos naturales y los servicios públicos estratégicos, debían estar bajo el control estatal y no en manos de compañías extranjeras. Que, una reforma agraria, se debía de adelantar para propender por una redistribución equitativa de la tierra, garantizando acceso a los campesinos y eliminando los latifundios improductivos.

Sobre la educación, planteaba que, era una herramienta esencial para liberar a las clases populares de la ignorancia impuesta por las élites.

Estimaba que los partidos tradicionales, liberal y conservador, representaban intereses de unas minorías privilegiadas, razón por la cual, proponía abrir el sistema democrático a una verdadera representación popular, promoviendo la participación política de obreros, campesinos y sectores medios.

Ahora bien, un hecho trascendental, fue la organización de la Marcha del Silencio, llevada a cabo el 7 de febrero de 1948, que convocó a miles de personas en Bogotá y otras ciudades del país, motivando a marchar en silencio absoluto como protesta contra la violencia política que ya cobraba la vida de líderes liberales, campesinos y activistas populares.

La frase central y más recordada del discursó fue cuando expresó: **No somos una turba, somos un pueblo** y cuando proclamó la Oración por la Paz, la terminó diciendo: **Señor: Haz que cese la persecución, que se imponga la justicia, que reine la paz en los campos, que las lágrimas se enjuguen, y que sólo se combata con ideas y palabras en el foro de la razón**.

Sin embargo, no solamente concebía ideas para implementarse en Colombia sino también en Latinoamérica. Habló de la autonomía frente a los imperialismos, en especial de Estados Unidos. De la solidaridad que debe reinar entre los pueblos y no entre las élites. Planteaba que, la unidad latinoamericana, debía hacerse desde abajo: Desde los obreros, campesinos, estudiantes y clases medias y no desde los presidentes de los Estados porque ellos solían representar los intereses oligárquicos y de los extranjeros.

Proponía que, se debían de proteger los recursos estratégicos de la explotación foránea y que los países debían de ayudarse para el fortalecimiento de sus economías.

Lanzó frases célebres de gran recordación. **El país político ha secuestrado al país nacional. Yo no soy un hombre, soy un pueblo. El poder no se toma: se construye. Quiero que el pueblo me siga porque lo comprenda, no porque me idolatre. Un pueblo ignorante, es un instrumento ciego de su propia destrucción. Los que quieren sembrar el odio entre los colombianos no pasarán y el pueblo, es superior a sus dirigentes. Los pueblos latinoamericanos deben sacudirse del yugo de los imperialistas y construir su destino por sus propias manos**.

El 9 de abril de 1948, siendo la 1: 05 p.m. Gaitán fue asesinado al salir de su oficina por un presunto autor llamado Juan Roa Sierra, quien luego fuera linchado por la multitud. El crimen, aún no ha sido aclarado, pues hay teorías que dicen que fueron sectores políticos conservadores, enemigos liberales, agencias extranjeras e incluso intereses internacionales sorprendidos por el creciente apoyo popular que tenía.

El asesinato, desató lo que se llamó El Bogotazo, caracterizado por la furia popular y un sector de Bogotá fue incendiado, saqueado y atacado por miles de personas en una revuelta sin precedentes. El orden se afectó durante 3 días, y los disturbios se extendieron a varias regiones del país, quien, para esa fecha, tenía como Presidente a Mariano Ospina Pérez.

La muerte de Gaitán, dio inicio a la violencia en el país (1948 – 1958), provocando prácticamente una guerra civil no declarada entre liberales y conservadores que dejó miles de muertes.

Su asesinato, frustró un proyecto político de mucho interés pues se encaminaba, a transformar la estructura social y política de Colombia. Se causó una gran herida histórica y cultural muy profunda y difícil de sanar.

Por ello, independientemente de la ideología que se profese, considero que, las ideas defendidas por Jorge Eliecer Gaitán Ayala, toman vigencia en los actuales momentos políticos, económicos y sociales por los que atraviesa el país; toda vez que, muchas de ellas, son razonables porque propenden por alcanzar una verdadera justicia social, razón por la cual, competiría a gobernantes, políticos, líderes y lideresas de los sectores económicos, sociales y naturalmente a la sociedad, reexaminarlas para que permitan transitar por el camino del entendimiento y la construcción de la paz que tanta falta nos hace.

El presente, se constituye como un homenaje a un hombre que generó ideas, que perduran en las mentes de las generaciones anteriores, pero también, en un reto para las presentes y para las futuras como verdaderas enseñanzas que, una transformación social, solo se puede lograr por la razón, deponiendo cualquier otro interés que no propenda por el interés general.

1 MONTENEGRO CALVACHY, Alvaro. Abogado y Economista de la Universidad de Nariño. Consultor Social. Defensor de Derechos Humanos. Columna: Entre Líneas. Pasto, 06 de abril de 2025.
2 CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE COLOMBIA. Editorial Leyer, Bogotá D.C. 2023
3 ALAPE, Arturo. El Bogotazo: Memorias del Olvido. 1983.
4 BRAUN, Herbert. El Asesinato de Gaitán. 1985.
5 VILLAR BORDA, Luis. Jorge Eliecer Gaitán: Precursor de la Revolución Social en Colombia. 1969. 6 SANCHEZ Gonzalo y MEERTENS Donny. El 9 de abril: Los sucesos y el Gaitanismo. 1983.
7 FAJARDO Darío. Gaitán y el Populismo. 2002.