Los nuevos politiqueros que se reclaman a sí mismos como alternativos fustigan o fustigaban en teoría a la vieja y rancia clase política regional. Dicen que godos y liberales son clientelistas y corruptos y lo son. En sus discursos y entrevistas dicen que liberales y conservadores son los culpables del atraso de provincias y municipios y lo son. Dicen que son delincuentes porque comprar votos es un delito y lo son; y terminan estos “alternativos” pidiendo y recibiendo apoyo a manos llenas de esos jefes de partidos tradicionales y de gamonales criollos que tanto critican. ¿Pero y entonces, porqué se convierten en sus aliados y nuevos amigos?
Algo va del discurso progresista y alternativo a la práctica política. Todo parece indicar que entre ellos se ha impuesto la demagogia, que en algunos casos tiene y ha tenido a algunos alternativos en la cárcel o en la picota pública. Acuden a esos varones porque saben que sin Ellos no alcanzarían a llegar a una junta de acción comunal, por decir lo menos.
Cierto es que sus antecesores en la vida política del país nos han llevado de escándalo tras escándalo lo que por desgracia se ha convertido en una oprobiosa y asqueante costumbre. Quien diga que es “alternativo” y que no es de esa clase política, por defecto termina recibiendo sin pudor el apoyo en las urnas de esos varones de la clase política bajo la premisa falaz de que todo va a cambiar. Y claro todo ha cambiado para mal y, por su culpa, el país se ha incrustado en los umbrales del fascismo, de la ultra derecha y de la narco democracia.
Ha habido un régimen de las complicidades. Lo que ha ocurrido con Camilo Romero Galeano y sus escándalos en Nariño es emblemático. Eso mismo o casi lo mismo ha ocurrido con los recientes gobernadores de Nariño y ha ocurrido sin duda en el país con los gobiernos llamados alternativos, convertidos en una completa desilusión para sus electores. Y digo yo, estos son los responsables del reflujo de los procesos populares y sociales de organización y lucha contra el régimen existente.
Estos gobiernos alternativos son y han sido, para desgracia de muchos, nada más ni nada menos que, más de lo mismo. No hay tal y no ha habido tal que los “alternativos” lleguen a ser en la práctica unos ‘jalonadores’ de proyectos administrativos en favor de las mayorías. Tampoco un puñado de virtudes. Menos que hayan hecho algo que tenga que ver con la ética y las buenas maneras.
Ese discurso “alternativo” viene haciendo estragos a lo largo y ancho del país. En el Distrito Capital y en el departamento de Nariño aquello terminó muy mal. Como se sabe, con el gobierno “alternativo” de Samuel Moreno Rojas y su carrusel de la contratación hay gente en la cárcel y con los alternativos en Nariño también hubo funcionarios en la cárcel y otros a punto de estar tras las rejas.
Hablemos de dos en dos, y de políticos alternativos y no alternativos en el manejo de la cosa pública y de administraciones que han dado al traste con las promesas de campaña incumplidas como los que más.
Hay por ejemplo en Bogotá dos políticos llamados alternativos ya condenados: Cárcel para Samuel Moreno Rojas el alcalde, y cárcel para su hermano Iván, el Senador.
Dos son los clanes involucrados en los líos del carrusel de la contratación en Bogotá. Los Nule, los tres hermanos Nule; y un grupo de abogados cercanos a las familias Nule y Char. Y aunque el peculado es un delito exclusivo para funcionarios, ´les va a ser imputado como determinadores, al haber inducido (con dádivas y regalos, incluidos carros de alta gama) a empleados públicos a delinquir en su beneficio. Además, entregaron información falsa y le ocultaron otras a la justicia´.
Y son dos, los testigos de cargo en la investigación que cursa en contra del ex gobernador “alternativo” Camilo Romero por la contratación de la venta de licores de Nariño que finalmente ha favorecido a uno de los financiadores de su campaña electoral, Richard Portilla. El primero su asesor de cabecera, su primo Felipe Arango Romero y la segunda, la ex secretaria de rentas de la secretaria de hacienda Adriana Milena Amaya Buitrago, que se han acogido al principio de oportunidad ante la Fiscalía General de la Nación. Quieren que la cárcel no sea solamente para ellos.
Y son dos también hermanos del ex gobernador de Nariño, Natalia y Pablo Romero Vega, a quienes por los líos de Camilo les fueron allanados sus apartamentos en Pasto por agentes del CTI de la Fiscalía. Los agentes decomisaron memorias, ordenadores y algunos documentos que podrían comprometerles de alguna manera en el escándalo de los licores. El descolorido partido verde de Romero y la mismísima Claudia López no han dicho algo al respecto. Mucho menos otros dos políticos como Navarro y Antanas, que posan también de “alternativos” verdes.
Dos son los exgobernadores de Nariño involucrados en el escándalo de Probolsa la pirámide donde fueron a parar millonarios recursos del erario departamental. Antonio Navarro y Eduardo Zúñiga fueron investigados por el caso conocido como la pirámide de Probolsa en todo el país. Recuerdo que el asesor actual de Duque, don Emilio Archila anunció en la televisión que probolsa era ilegal.
Son dos también, los comportamientos del uribismo y la derecha colombiana. El primero, son sus defensores que mientras critican y condenan la presencia en la política partidista de guerrilleros desmovilizados, parecen olvidar que en sus filas cuentan ahora mismo con nueve ex combatientes, nueve ex guerrilleros que tanto dicen odiar y condenar. El segundo, es el comportamiento de estos uribistas que dicen amar la paz y juraron hacer trizas el proceso que se firmó en el gobierno de Santos con las Farc al tiempo que esconden procesos judiciales que investigan su vinculación con el paramilitarismo y el narcotráfico.
De dos grupos guerrilleros terminaron trabajando con Uribe los siguientes: Del EPL: Mario Agudelo, el jefe de Urabá, uribista y alcalde de Apartadó; Carlos Franco, director del Programa Presidencial de Derechos Humanos; Darío Mejía, director de Reinserción en Medellín; Aníbal Palacios, alcalde de Turbo. Y del M-19: Everth Bustamante, hoy senador del Centro Democrático; Rosemberg Pabón, director de Dansocial; Eduardo Chávez, quien trabajó en la campaña de Uribe; Augusto Osorno, director de Agua Potable y Saneamiento Básico del Ministerio del Medio Ambiente; Laura Pizarro, viuda de Carlos Pizarro, quien estuvo en la primera campaña. Y del ELN hubo solo uno: Adolfo Bula.
Y son dos además los Garzón, o los Garzones, par de sindicalistas, que nada que ver con mantenerse en sus postulados de “alternativos”. El primero, Angelino Garzón, ex miembro del partido comunista y vicepresidente de la Unión Patriótica, fue flamante embajador ante la ONU en el gobierno del derechista Álvaro Uribe Vélez. Fue vicepresidente de Juan Manuel Santos del partido de la U, quien llegó a la presidencia de Colombia por gracia de su mentor Álvaro Uribe Vélez. En el gobierno uribista de Iván Duque, Angelino ha sido embajador de Colombia en Costa Rica.
El segundo, Lucho Garzón irónicamente fue ministro de trabajo en el gobierno de Juan Manuel Santos, y pasó del partido polo alternativo al descolorido partido verde, donde tienen como figuras de mostrar de Nariño a Antonio Navarro Wolf y Camilo Romero Galeano. Garzón, Lucho como lo llaman, fue también alcalde de Bogotá, pero algo que se les reconozca a los dos como “alternativos”, nada, de nada.
Dos, son los ex miembros del EPL (ejército popular de liberación) los “alternativos” Carlos Franco y Darío Mejía quienes han terminado en las filas de uribismo así: Franco, de ex guerrillero a director del programa de Derechos Humanos de Uribe Vélez, y Mejía, de ex guerrillero a director del programa de reinserción, también del derechista Uribe Vélez.
Y dos más “alternativos” eran guerrilleros del M 19 y llegaron a la alcaldía de Pasto, luego de alianzas non santas con sectores de derecha y de la clase política tradicional. El primero, el demagogo Antonio Navarro, que termina acabando con el sindicato de trabajadores del municipio, privatiza el servicio de aseo urbano y crea los frentes de seguridad al peor estilo de su amigo Uribe Vélez con las Convivir. El segundo, su sucesor y ex compañero del Eme, Jimmy Pedreros Narváez, siendo alcalde termina en la cárcel por irregulares manejos dados al proyecto de construcción de un estadio de futbol. Incrementó en su administración el número de frentes de seguridad, aquellos esperpentos creados para silenciar la protesta social.
Y otros dos, llamados “alternativos”, el inmaculado José Obdulio Gaviria, ex miembro del clandestino partido comunista marxista leninista PCC-ML se pasó a la derecha y fungió como asesor político y asesor presidencial del inefable Álvaro Uribe Vélez; y el otro, Eduardo Chávez, ex integrante del M 19 pasó a ser el asesor del ministerio del medio ambiente de Uribe Vélez, en la búsqueda del millón de civiles “colaboradores” de la fuerza pública.
Y antes de terminar, en esta primera entrega que aborda la oprobiosa actitud de quienes se han reclamado y se reclaman hoy en día como “alternativos”, progresistas, decentes, verdes e independientes, a lo largo y ancho de la geografía nacional haré una comparación que repite códigos de comportamiento. Cito como ejemplo, cuando para dilatar su proceso judicial el “alternativo” Samuel Moreno un día llegó al juzgado sin su abogado. Pues Camilo Romero el otro “alternativo” no podía quedarse atrás, no solo no llegó con su defensor, sino que según se supo, el letrado renunció a su caso.
Y no podemos, por ejemplo, perder de vista lo dejado de hacer por los “alternativos” gobernadores Cuellar Bastidas, Navarro Wolf, Zúñiga Eraso, Delgado Guerrero y Romero Galeano en el departamento de Nariño. En una manguala con politiqueros de oficio, han dejado igual o peor al departamento bajo el ropaje de ser “alternativos”.
Y no es que estos sean peores o menos peores que sus aliados. A godos y liberales nariñenses les he criticado acremente dada la existencia de empresas electorales que se han apropiado de secretarías y entidades descentralizadas. Eso me ha costado persecución y no pocas amenazas.
Basta anticipar los nombres del par de miembros del partido conservador que se adueñaron de la gobernación del “alternativo” Camilo Romero Galeano. La primera, Miriam Paredes Aguirre con un buen porcentaje de la burocracia y entidades descentralizadas, lo mismo que, el segundo, Eduardo Enríquez Maya un viejo zorro y clientelista como el que más. A su lado, que será capítulo aparte, tenemos a Javier Tato Álvarez, ex congresista liberal que apoyó esa candidatura, tuvo cargos y ahora se desboca contra los Romeros, papa e hijo.
Esperen las reacciones a estos comentarios y otras entregas relacionadas con el escándalo de los licores en Nariño.