Decía el viejo Mao cuando era joven. No el Viejo Topo (en alusión a Marx). Aquel ficticio interlocutor del nuevo ruiseñor de Petro, reformado en la escuela de la Pau de Barcelona, donde le cambiaron su “idealismo social transformador revolucionario”, que no logró reformar ninguna de las cárceles de máxima seguridad por donde lo rotaron durante más de una década de vejaciones como guerrillero de las “fart” capturado en combate, pero que sí le fue trocado por un idealismo pseudoliterario con el cual le tira confeti al autollamado progresismo del presidente Petro desde la revista Cambio, ese icono escrito en forma de revista del trasnochado liberalismo decimonónico colombiano, funcional al Bloque de Poder Contrainsurgente dominante en Colombia, y, desde donde trata de minimizar el estruendoso y ostensible fracaso de la “demagogia” de promesas electorales incumplidas o imposibles de cumplir (por aquello de la Historia) como aquella de que iba a hacer la paz en solo tres meses con la antigua guerrilla del ELN, hechas en la campaña presidencial del 2022.
En argentina, el fracaso de Fernández llevó a Milei a la presidencia, como el fiasco de la demagógica de la Paz Total llevará a una posible Guerra Total, insinuada ya en el Guaviare Ver ( https://www.infobae.com/colombia/2025/01/20/la-guerra-entre-ivan-mordisco-y-las-disidencias-de-alias-calarca-en-guaviare-ya-tienen-colapsada-la-morgue-los-cuerpos-llegan-en-volquetas/ ) , y sin dudarlo, conducirá al Milei de Colombia, que será puesto por el nuevo presidente de EEUU, Mr. Trump y su secretario de Estado, el incitador de odio, Mr. Marcos Rubio.
Lo que ha sucedido en la zona del Catatumbo, en la frontera colombo-venezolana y se empieza a expandir, por ejemplo al Guaviare; es otra más de las atrocidades inhumanas que se vienen cometiendo desde hace 5 siglos en Colombia, que hunde sus raíces profundas en la cruenta Historia de la conquista de nuestro territorio por el Imperio español hegemónico del siglo XVI.
¿Acaso, los ruiseñores presidenciales que interrogan al Viejo Topo marxista, ya se olvidaron de la Historia real? De la crueldad, la barbarie, el exterminio completo de pueblos y etnias indígenas sometidas a un despiadado saqueo, en lo que hoy es la frontera colombo venezolana del Catatumbo, que fueron perpetradas por aquel aventurero alemán Ambrosio Alfinger, nombre castellanizado del brazo armado de la casa Welser, los banqueros y financistas del Emperador hispano-alemán Carlos V, y quien murió en las cercanías de la actual ciudad fronteriza colombiana de Chinácota, después de tres días de agonía y grandes sufrimientos (según las crónicas históricas) con la garganta atravesada por una flecha que un valiente indígena de la etnia Chitarera le propinó en una de sus guazabaras. Quien desee ampliar esta parte de la historia fronteriza colombo-venezolana puede ir al siguiente enlace. https://freytter.eus/article/274
Pero no solo todo ese cruel episodio conquistador de la acumulación originaria del capital. También la frontera colonial entre el virreinato Neogranadino y la capitanía de Venezuela, sufrió la barbaridad imperial española (verdadera primera experiencia contrainsurgente americana) de la pérfida dupla político-religiosa del Arzobispo-Virrey Caballero y Góngora con el fraile capuchino Joaquín de Finestrad, quienes desmembraron, descuartizaron, desterraron y sembraron sal en sus cultivos de los dirigentes y capitanes de la primera y verdadera revolución social de los Comuneros del Socorro ocurrida en 1781, en el nor-oriente neogranadino actual colombia, y se propagó hasta llegar a convulsionar los Andes venezolanos. ¿Ya se olvidaron de ellos? Como si la historia colombiana hubiera comenzado en 2022 con Petro.
¿Por qué? En el afán colectivo mediático, dominante, de encontrar en la guerrilla del ELN, un culpable moral de la vieja confrontación guerra reactivada en el la frontera en comento, no se menciona (ojo) LA RESPONSABILIDAD real y objetiva del Estado republicano, en doscientos años de abandono incuria, dejadez, represión y violencia, corrupción, saqueo y desgobierno que fueron convirtiendo toda esa zona fronteriza (de lado y lado) en una región INCONTROLABLE, es decir CAÓTICA. Caos que hoy 22.01.2025, se quiere administrar o controlar con decretos y medidas presidenciales excepcionales de más represión contrainsurgente, más soldados y policías y matones y detectives oficiales, y, más escalamiento del conflicto interno. Ya veremos a donde conduce tanta demagogia transvestida como izquierda.
El hijo del expresidente liberal López Michelsen, sacando del vinagre envejecido del liberalismo decimonónico de su padre, llama “Casandras” agoreras de desastres, a quienes NO compartimos su ilusorio optimismo de la “izquierda liberal” Petrista, que Él trata de mantener con vida hasta las próximas elecciones presidenciales en Colombia. No hay tal, La realidad, realmente existente, ya no da para seguir sosteniendo ese cuento chimbo del vaso medio lleno o medio vacío. No existe ese vaso. Existe la realidad real que transcurre brutalmente ante nuestros ojos y sobre todo sin matices.
Lo que el inicio de esta nueva fase del conflicto interno colombiano ha acabado, o terminado, o finiquitado, o liquidado: Es con la táctica contrainsurgente dominante vuelta estrategia de las “negociaciones de paz”. De las líneas rojas de Mr. Santos. De negociar, regatear y trapichear en medio de la guerra. De desarmar y dividir una guerrilla y hacerla firmar para convertir ese Acuerdo en papel higiénico. De los comisionados de paz progresistas superinteligentes y mega-habilidosos. Tal vez, eso pase a la Historia del conflicto como otro de los tantos intentos ilusos de negociar el conflicto interno colombiano, pero no se le ve ningún futuro.
Lo que se ha puesto al orden del día, si se quiere parar el jinete galopante de la guerra que el libro del Apocalipsis narra en su dramatismo final, habrá que volver, racional y objetivamente, a la incomprendida y despreciada Teoría de la Solución Política popular y verdaderamente democrática del conflicto colombiano. No, ya, que democratice la democracia genocida colombiana que es imposible de democratizar o reformar por los tantos blindajes que se le han hecho; sino que de los pasos para dotar (desde abajo y hacia arriba) a todos los colombianos de una nueva Ley de Leyes que refleje la actual correlación de fuerzas sociales que están en lucha en el escenario social de Colombia.
No es más pero tampoco menos.
Y recuerden que fue Mao Tse Tung o Zedong, quien lanzó aquella frase que previó lo que se venía encima para la sociedad China en las primeras décadas del siglo XX: “Una chispa puede incendiar toda la pradera”.
Por Alberto Pinzón Sánchez
